Mendi Argia: la luz sobre San Sebastián
En lo alto del monte Ulia, donde la ciudad se encuentra con la naturaleza, se encuentra Mendi Argia, una villa centenaria transformada en refugio contemporáneo. Su nombre que en euskera significa “montaña iluminada”, define perfectamente lo que uno siente al llegar: calma, claridad y una belleza que se percibe sin esfuerzo.
El edificio, una casa de principios del siglo XX, fue restaurado con una sensibilidad especial por el estudio barcelonés Openhause Studio, que mantuvo su esencia original mientras le daba una nueva vida. Los arcos de piedra, la escalera de madera y los muros gruesos dialogan ahora con líneas limpias, luz natural y materiales nobles. Todo respira serenidad, como si el tiempo se hubiera detenido justo antes del atardecer.
Las habitaciones siguen esa misma filosofía, son amplias, tranquilas y llenas de luz. Predominan los tonos suaves, la madera y los tejidos naturales, creando un ambiente cálido y relajado. Algunas tienen terraza con vistas al mar y otras se abren al bosque. En todas se respira calma y equilibrio. El lujo está en los pequeños detalles, una bañera de mármol, una luz tenue, una ventana abierta al paisaje.
Fuera una piscina infinita se asoma a la bahía de San Sebastián. Desde allí, el mar y las montañas se mezclan en el horizonte. Es un lugar para desconectar y disfrutar del silencio. Mendi Argi está lo bastante cerca del centro para disfrutar de sus restaurantes y playas, pero lo bastante apartado para sentir paz del entorno. En el jardín aun se conserva un antiguo frontón, un detalle que recuerda la historia del lugar.
Mas que un hotel, Mendi Argia es una experiencia. Todo está pensado para que el paisaje y el diseño se mezclen de forma natural. Es un refugio tranquilo, de esos que uno no olvida, donde la luz lo envuelve todo y el tiempo parece ir un poco más despacio.