Jodie Fried: una vida tejida a mano
Jodie Fried es de esas personas que viven rodeadas de objetos que cuentan historias: alfombras tejidas a mano, cerámicas que salen de su propio torno, libros abiertos y mesas en las que siempre pasa algo. Australiana, madre y creadora incansable, lleva años construyendo un universo donde el diseño, la ética y la vida cotidiana no van por separado, sino que conviven de forma natural.
Como cofundadora y directora creativa de Armadillo, Jodie ha convertido esa manera de mirar el mundo en una marca de alfombras que apuesta por la belleza responsable. Sus piezas se tejen a mano con fibras naturales y respetando los tiempos del oficio, en colaboración con comunidades artesanas a las que la firma apoya de forma estable. El resultado son alfombras pensadas para durar, que dan calidez a una casa pero también sostienen a quienes las producen.
Armadillo es, en el fondo, una extensión de su forma de ser: cercana, honesta y muy conectada con lo táctil. En los interiores que firma —y en su propia casa— se reconoce esa misma sensibilidad: espacios luminosos, pocos objetos elegidos con cuidado, materiales nobles y alfombras que invitan a descalzarse y bajar el ritmo. No se trata de “decorar” para la foto, sino de crear lugares donde se viva de verdad.
Fuera de la marca, Jodie sigue necesitando trabajar con las manos. En la cerámica ha encontrado un refugio íntimo: jarrones, cuencos y piezas sencillas que parecen pensadas para acompañar gestos cotidianos, como poner la mesa o dejar unas flores. Barro, tejidos, luz y vida familiar se mezclan en un mismo lenguaje, que atraviesa todo lo que hace.
Su cuenta de Instagram recoge este universo sin exceso de artificio: fragmentos de su hogar, detalles de taller, viajes para visitar a los artesanos y momentos de trabajo entre muestras de color y bocetos. Al seguirla, es fácil entender a la persona detrás de Armadillo: alguien que cree en una belleza tranquila, honesta y construida poco a poco, pieza a pieza.